miércoles, 19 de junio de 2013


CASA DEL MUSEO


Hace un lustro la casa fue rehabilitada. Ahora es parte de los edificios municipales.
En lo que respecta a Riobamba “la nueva ciudad” hablando de épocas históricas y pasados inconfundibles han existido comerciantes exitosos en esta ciudad y muchos de ellos dejaron una huella imborrable en la vida y progreso de la Sultana de los Andes con inversiones económicas en la industria y comercio producto de ese cariño a la tierra, unos que nacieron en Riobamba y otros que llegaron desde lejanas tierras pero que se convirtieron en riobambeños de corazón.
El periodista César Herrera asegura que de ese cariño, de esa cultura nos legaron una gran riqueza arquitectónica que representa un invalorable patrimonio de la ciudad.
Herrera califica de un verdadero acierto del actual régimen Municipal la restauración de la mansión de la familia Cobo Costales León quienes fueron los que invirtieron en la edificación de esta casa de la esquina de la Primera Constituyente y Espejo, actual Casa Museo Municipal.
La construcción de la casa
La dama riobambeña Judith Alzamora de del Castillo cuenta que su abuelito Vicente Costales Capelo cooperó mucho para el progreso –en la que podríamos llamar la época de oro- de la ciudad de Riobamba, sobre todo en construcciones. Aparte de la casa que hoy es el Museo construyó la casa en donde actualmente es la Gobernación de la provincia de Chimborazo, otra casa en la esquina de las calles Olmedo y Larrea, antiguo consultorio dental de uno de sus hijos, Isidoro Costales, cuyos estudios los realizó en el extranjero.
Costales Capelo, dueño de una gran fortuna, fue un comerciante de gran visión y muy progresista, importador de telas, casimires, licores de marca, cigarrillos y otras mercaderías, razón a ello sus potenciales clientes venían de Ambato, Latacunga, Cuenca, Guaranda y la zona amazónica. Indudablemente surtía a los almacenes de Riobamba y a toda nuestra provincia.
Sus viajes y experiencias le dieron material para escribir un libro que tuvo muy poco tiraje. Hombres de esta capacidad y sentido de inversión dejaron grandes bases para que Riobamba se convierta en la tercera ciudad del Ecuador y en esto aporta su gran historia desde el Incario y la Colonia.
Vicente Costales Capelo en su primer matrimonio con Doña Teresa Cobo Valdivieso tuvieron siete hijos: Ángel Alberto, Zoila Rosa, Francisco Augusto, Luis Antonio, Isidoro, Jorge y Luz María Costales Cobo.
Luego de enviudar, su segundo matrimonio fue con la dama riobambeña Luz María Merino González, en el que no tuvieron hijos. Para construir la casa de la Primera Constituyente y Espejo, trajo arquitectos de Europa al igual que los materiales decorativos de la señorial mansión, que hoy hace honor a su pasado.
La casa pasa a poder de su hijo
Tan pronto terminaron la construcción Don Vicente le cede la propiedad a su hijo Francisco Costales y a su esposa Blanca León Dávalos de Costales para que vivan en ella desde su luna de miel, el matrimonio se realizó en el año de 1915.
Francisco Costales fue de profesión farmacéutico dueño de la Farmacia París, ubicada en su misma casa.
Una nueva casa con el mismo estilo
Vicente Antonio Costales Capelo construye junto a la anterior bajo el mismo estilo y arquitectura que la anterior.
Una tercera casa del mismo corte arquitectónico: la iniciativa de Don Vicente Costales lo sigue el matrimonio compuesto por Rafaela viuda de Castro e hijos, lo importante de estas construcciones estaba en el mismo estilo con portales y la similitud de pisos que le daba a esta parte de la ciudad una presencia emblemática, ya que en su entorno los edificios eran de estilo semiclásico que hoy con el parque Maldonado, el monumento al sabio riobambeño, la Catedral, el edificio de la familia Chiriboga, hoy del Servicio de Rentas Internas, se constituyen en lo más hermoso de la ciudad sin dejarlo de lado al Colegio Maldonado, en el parque Sucre.
La familia Esguirla, de descendencia italiana, parte del edificio Castro con amplios espacios la convierte en un lujosos hotel que se llamó Ritz, sitio preferido por la juventud de la época para su matinés bailables dominicales, en parte del hotel funcionó el Conservatorio de Música Antonio Neumane.
La cuarta casa que completó la cuadra
Guardando el mismo estilo de las anteriores y que hace esquina en las calles Primera Constituyente y Cinco de Junio, construye la familia Castro de descendencia guayaquileña. La casa en referencia tenía una hermosa cornisa decorativa que se destruyó en el terremoto de 1949, desde entonces no se le restauró hasta hoy. De aquel sismo de 1949 también se vieron afectadas las torres de la Catedral y su gran campanario, cuyo sonido era como un reloj sonoro para la Riobamba pequeños de esa época.
El edificio de nuestro relato y hoy propiedad Municipal en 1980 fue expropiada a los herederos de la última dueña, Carmela León Hidalgo.
Actualmente funciona en este edificio restaurado la Casa Museo de la Ciudad.

LA CASA DEL FERROCARRIL

Casa donde funcionaba la Superintendencia de Ferrocarriles.
La historia del ferrocarril está íntimamente ligada a Riobamba y a la lucha de sus habitantes para que la ciudad fuera parte del sistema.
La obra, iniciativa del presidente Gabriel García Moreno, comenzó en 1873, en Yaguachi.
El primer día de 1900 se expide un decreto legislativo en el cual se termina que la línea férrea Guayaquil-Quito pasará por la ciudad de Riobamba. Y este ofrecimiento fue el dolor de cabeza de los riobambeños, porque pasaron 24 años antes de que se cumpliera totalmente.
En el año 1902, la línea llegó a Huigra, Sibambe y Alausí, con el paso de la famosa Nariz del Diablo. Para el año 1903, la línea fue colocada hasta Guamote, y fue cuando se incumplió el decreto de que la ruta debía seguir por Cebadas. En oposición, el trazado se lo hizo por Cajabamba. El 24 de julio de 1905 llegó la línea hasta Luisa.
Los riobambeños presionan al nuevo presidente de la República, Lizardo García, para que se cumpla el anhelo de la ciudad. Es así que en septiembre de 1905, como reporta la investigación sobre el tema presentado en el libro “Riobamba en el siglo XX”, se firma un contrato con Archer Harman (Compañía Guayaquil & Quito Rail Company), en el que se establece que a más tardar en 2 meses se debían trasladar a Riobamba: la estación de Colta, los talleres de Durán y todas las oficinas principales de administración. Además determina que los trenes ordinarios o expresos, de pasajeros o de carga, pasarían por Riobamba.
Harman consulta al gobernador Carlos Larrea, si la ciudad está dispuesta a dotar de terrenos y tubería de conducción de agua para el edificio de oficinas y los talleres. Aunque la respuesta es afirmativa, los ofrecimientos tampoco se concretan.
Este descontento de los riobambeños es capitalizado por Eloy Alfaro, quien se re reúne con militares de la ciudad y planea un golpe militar. La ciudad estalla a inicios de 1906 y con bajas riobambeñas, Alfaro logra su intento en la Batalla de El Chasqui el 15 de enero.
En septiembre del mismo año, Alfaro cumple su palabra y celebra otro contrato provisional, en éste se instituye la construcción de la línea entre San Juan Chico y Riobamba. Pero, el tiempo pasa, la locomotora llega a Quito (1908) y Riobamba sigue sin ferrocarril.
Ante incumplimientos, en 1915 se formó una organización Pro rectificación de la línea férrea, presidida por Pacífico Villagómez. Este grupo hace contacto con senadores y diputados para lograr otro decreto más, el cual disponía construir la línea de rectificación y se asignaban nuevos fondos. El presidente Plaza puso el ejecútese el 6 octubre de 1915. Pero, los papeles quedaron en eso.
Dos años más tarde el presidente Baquerizo Moreno toma la decisión definitiva y por fin el 7 de julio de 1918 comienzan los trabajos, que concluyen en julio de 1924. Archer Harman finalmente aceptó levantar las paralelas del ramal a Luisa.
También se empiezan a cumplir otros ofrecimientos como la construcción de la nueva estación ferroviaria.
La Casa del Ferrocarril del Sur
El funcionamiento de las oficinas del ferrocarril en Riobamba, otro de los ofrecimientos de los que hemos hablado, tuvo que tardarse algún tiempo más.
En 1937, después de un golpe militar, llega al poder el general Alberto Enríquez Gallo, quien nombra como presidente del Ferrocarril del Sur al coronel Ricardo Astudillo, un  oficial e ingeniero con gran experiencia en el tema. Alfredo Maldonado, autor de “Memorias del Ferrocarril del Sur y de los hombres que lo realizaron”, considera que Astudillo se propuso dar el empuje necesario para acrecentar la trascendencia del sistema.
Su primera decisión fue fusionar los talleres mecánicos de Ambato y Riobamba, para lo cual mandó a construir un amplio edificio al norte. En tanto, para adecuar las oficinas, compró la casa de la familia Vélez-Merino. El historiador Carlos Ortiz Arellano da más dato al respecto de la edificación. Asegura que la hermosa casa de Nicolás Vélez fue expropiada y que el diseño y construcción corresponde a los hermanos Russo.
En 1938 se instala en el inmueble, ubicado en las calles Espejo y 10 de Agosto, la gerencia y más oficinas del ferrocarril, que hasta entonces funcionaban en la población de Huigra.
En “La provincia de Chimborazo en 1942”, los autores hacen referencia a la vivencia cotidiana del tren:
“El ferrocarril recorre dentro del territorio de la provincia 103 millas, de Huigra a Urbina… Diariamente salen y llegan a esta ciudad los trenes mixtos (carga y pasajeros). Salen para Guayaquil a las 6 1/4 a.m. Para Quito a las 6 1/2 a.m. llegan de Quito a las 6 p.m. y de Guayaquil a las 6 1/2 p.m. (…) Después de Quito y Guayaquil es esta estación la que sigue en importancia por el continuo movimiento de carga y pasajeros que por ella pasa”.
En esta casa pasó a funcionar también la línea telegráfica y una estación radiodifusora, la misma que “si bien es cierto funciona sólo para dicha Compañía (la del ferrocarril), en no pocas ocasiones ha prestado importantes servicios a Riobamba” (J. Castillo y J. Ignacio Paredes).
En las instalaciones, posteriormente se instaló el “Railway Club”, más tarde Sindicato Ferroviario, la Superintendencia de Ferrocarriles y hasta el Museo Ferroviario, que muestra piezas y documentos sobre la historia de este medio de transporte.
Nicolás Vélez, el dueño de la casa
Como hemos dicho, la casa donde actualmente funciona la administración del ferrocarril en Riobamba fue propiedad de Nicolás Vélez. Este personaje aparece en las publicaciones de 1921 –año de construcción de la casa- por otro asunto. Revisemos brevemente.
En 1911, el Concejo Cantonal de Riobamba firma un contrato con el arquitecto Francisco Durini para la construcción de un monumento en homenaje a Pedro Vicente Maldonado.
Debido a las repercusiones de la Primera Guerra Mundial, el contratista no pudo entregar la obra a tiempo. Por eso, se entrampó en una disputa con el Concejo de Riobamba. Diez años después continúan las exigencias y demandas a Durini:
“… cansado ya éste (Concejo) de esperar los ofrecimientos del señor Durini procederá en la forma más enérgica si no llega a firmarse la escritura de transacción dentro de un plazo perentorio”.
El 19 de junio de 1921, el Concejo vuelve a insistir a Durini para que envíe los poderes ofrecidos para que alguna persona de Riobamba pudiera actuar a su nombre.
Efectivamente, como consta en el periódico Los Andes del 3 de julio de 1912, Durini finalmente envía la documentación y poderes a Nicolás Vélez G., para que formalice en el Municipio la nueva escritura de transacción.
Detalles arquitectónicos
Al respecto de la arquitectura, Mario Murillo, explica que el estilo de la edificación construida en 1921 es ecléctico. Constructivamente –dice- está conformado con cimientos de piedra, paredes de ladrillo y adobe, cubierta de teja. La textura de fachada es lisa y almohadillado longitudinal.
Es rico en molduraciones, por ejemplo los acanalados, los enmarcamientos en los vanos,  los frontones circulares recortados y frisos. Estos últimos en dos estilos, en entrepiso texturizado con follaje y en la parte superior con  formas geométricas. Los dos vanos extremos tienen balcones balaustrados y apoyados en ménsulas, el vano central con antepecho balaustrado.
Detalle importante es el remate de fachada en cornisa y el antefijo, así como también la cimera, elemento decorativo que en este caso se conforma por dos niños mitológicos con escudo e inscripción del año en que se culminó esta edificación.

EDIFICIO DEL CORREO

Los dos cuerpos laterales planos de la construcción están tratados con múltiples vanos, molduras clásicas y pilastras estriadas monumentales que se definen en sus tres niveles.
El edificio del Correo es un símbolo de Riobamba, por su majestuosidad y detalles aristocráticos. La historia de su construcción está ligada a lo que se ha definido como una quimera: el funcionamiento de la Sociedad Bancaria de Chimborazo.
Según la investigación de la obra “Riobamba en el siglo XX”, a inicios de la centuria mencionada, las actividades comerciales e industriales en la ciudad iban en incremento, de manera que se pensaba en la creación de una institución bancaria con sede en la ciudad.
Para entonces, el florecimiento económico de Riobamba atraía a los inversionistas, especialmente guayaquileños.
En el año 1922, dos instituciones bancarias empezaron a funcionar en Riobamba, con un intervalo de 15 días. Se trató de: Banco de los Andes y Sociedad Bancaria de Chimborazo.
La segunda institución es la que, al correr de los meses, encargó la construcción del soberbio edificio.
La Sociedad Bancaria de Chimborazo, considerada el símbolo del florecimiento y la decadencia de Riobamba, en poco tiempo generó ganancias para los inversionistas (la mayoría, guayaquileños), pues las entidades pequeñas y grandes de la ciudad confiaron sus depósitos.
Con los negocios por lo alto, los directivos de la Bancaria resolvieron iniciar el 27 de noviembre de 1923, la construcción de su propio edificio en el terreno que adquirieron en las calles 10 de agosto y Bolívar (actual calle Espejo).
Los hermanos Neptalí y Luca Tormen son los constructores del edificio que se ha vuelto uno de los patrimonios más reconocidos y apreciados de la ciudad.
Los planos proponían “un hermoso y monumental palacio de cuatro pisos, que tendrían todos los departamentos de una institución bancaria de primera clase”.
Para 1924 se abre una sucursal en Guayaquil y se crea aun departamento de construcciones para edificios, puentes, acueductos y otras obras.
La Sociedad Bancaria también intervino en las negociaciones para la compra de la hacienda “Trinidad”, que es adquirida por la familia estadounidense Levy para un proyecto de infraestructura deportiva y para una ciudadela residencial (Bellavista).
En 1925, la institución bancaria abrió una sucursal en Nueva York, y el año siguiente abre una compañía para el desarrollo de la agricultura y la construcción. Su apoyo también fue decisivo para la construcción del Estadio y la realización de las Primeras Olimpiadas de Ecuador.
Pero, pronto el sueño terminó y la Sociedad Bancaria de Chimborazo cayó en una profunda crisis que arrasó con las esperanza de los cuenta ahorristas. Las investigaciones y los cronistas de la época refieren que la institución garantizó negocios cacaoteros que fracasaron, también se dice que los directivos entregaron créditos sin respaldo. Algunos armaron hipótesis de una quiebra planificada.
En fin, en 1926 se liquida el banco, y en octubre de 1927 se clausura oficialmente la hasta entonces próspera Sociedad Bancaria de Chimborazo.
El año siguiente, en 1928, las propiedades empezaron a venderse,  entre ellas el soberbio edificio casi concluido. El Estado lo compró y posteriormente lo destinó como oficinas para el Correo.


La Concepción es una iglesia construida bajo los preceptos del estilo gótico. Los detalles empinados confieren sentimiento de espiritualidad. Los pináculos parecen querer tocar el cielo.
La historia del Monasterio e Iglesia de la Inmaculada Concepción se remonta al año 1605.
En esa época llegó a Riobamba el piadoso Juan de la Cruz Gavilanes, quien consiguió que el cabildo solicitara al Obispo de Quito, Fray Luis López de Solís, el permiso para la fundación de la orden.
El prelado aceptó e inmediatamente envió a la villa, asentada en Sicalpa, a la Madre María de los Ángeles como abadesa y a tres religiosas para la fundación del Monasterio, hecho que se ejecutó el 22 de junio de 1605.
La orden se consolidó en casi doscientos años hasta que el terremoto de 1797 destruyó la edificación, mató a la mitad de la comunidad y provocó el exilio de las sobrevivientes hacia el Convento del Carmen en Quito.
En “Memoria de la Diócesis de Riobamba”, escrita por Juan Félix Proaño, se registra que ya asentada la nueva ciudad, en 1799, el cabildo concedió una gran cantidad de terreno para las conceptas y los moradores construyeron celdas pequeñas de paja, que recibieron a las 13 religiosas enviadas desde Quito el 22 de septiembre de 1800.
La desgracia no estuvo exenta en esta nueva etapa, pues nueve años después las celdas se incendiaron, y debieron construirse casas pequeñas separadas. El primer obispo de Riobamba, José Ordóñez, ordenó la edificación del claustro principal.
El 8 de diciembre de 1890 se incendió la iglesia del Monasterio y desapareció la techumbre; gracias a la intervención de los moradores de Riobamba se pudo evitar la desaparición del resto del claustro y las efigies del Señor del Buen Suceso y de la Inmaculada.
De forma urgente se inició la construcción del nuevo templo, de estilo gótico, que hoy existe. El pueblo de Riobamba y las parroquias vecinas acudieron durante algún tiempo acarreando piedras y otros materiales para la obra. Los planos de la iglesia fueron trazados por el hermano jesuita Ramón Lecanda.
Descripción arquitectónica
En la Iglesia de la Concepción, de estilo neogótico, sobresale el tratamiento de las ventanas de arco ojival, es decir que terminan o rematan apuntadas. En este caso, las ventanas son vitrales de colores.
El arquitecto Mario Murillo, quien actualmente concluye una Maestría en Rehabilitación Urbana y Arquitectónica, resalta que en las tres torres los remates corresponden a pináculos apuntados. El mismo tratamiento se da entre columna y columna.
Cierta parte de las ornamentaciones se realiza con arcos apuntados, lo cual confiere mayor esbeltez. Las formas ojivales también se miran en las puertas.
Una característica del estilo gótico es el decorado con motivos de tréboles o cuadrifolios (cuatro hojas). En la fachada de La Concepción se sigue fielmente este estilo y entre ventana y ventana se ve un rosetón formado por 4 semi círculos. En la parte central se repite el diseño pero a mayor escala.
El zócalo de la fachada es de piedra, y sobre éste se levanta un tratamiento de ladrillo visto. “Los artesanos que construyeron el templo eran magníficos porque lograron dar el tratamiento de pliegues dentro del gran lienzo. Actualmente se ha perdido la técnica de hacer molduras y formas sinuosas como se admira en La Concepción”, asegura Murillo.
El especialista explica que no existe tratamiento de hormigón y que las columnas son las que soportan el peso de la edificación.
Las columnas no corresponden a un orden arquitectónico clásico (jónico, dórico, corintio). Sobre ellas, las cornisas corridas presentan formas geométricas ojivales.
La fachada está compuesta por dos torres laterales y una parte central de menor tamaño, cuya diferencia jerarquiza la nave central. En ésta se observa claramente la reproducción fiel del estilo gótico.
Debajo del rosetón central hay columnas de ornamentación. Entre ellas se observan unas con líneas oblicuas. “Se quiere dar la apariencia de columnas salomónicas. En la Iglesia de La Compañía en Quito se observan éstas pero más pronunciadas. Los artesanos quisieron dar un detalle diverso dentro de una arquitectura definida como gótica”, añade Murillo.
En una de las torres se observa un fragmento hecho con cemento. El arquitecto explica que “hubo un desprendimiento hace diez años y según los cánones de la teoría de la restauración si va a ver una restitución de una obra destruida, el material nuevo o actual debe quedar a la vista”.
Riobamba es una ciudad especial, caracterizada por la belleza de sus paisajes, las tradiciones y la herencia ancestral. A lo largo de su historia ha sido protagonista de pasajes fundamentales en la vida de la patria; no en vano ha sido llamada la “Ciudad de las primicias”. Invitamos a participar de un recorrido por la ciudad para conocer algunas de las primicias de Riobamba.

La primera ciudad
Parque Maldonado, antes Plaza Mayor.

El recorrido empieza en el parque Maldonado, la antigua plaza mayor. Riobamba, en su nuevo asentamiento, fue instalada según el diseño de las ciudades coloniales que consistía en el trazado de damero o cuadrícula; y alrededor de la plaza principal los edificios de los poderos civiles, militares y eclesiástico. Riobamba ostenta el título de ser la primera ciudad fundada por los españoles en nuestro territorio. El hecho, históricamente, se realizó cerca de la laguna de Colta, lugar donde se asentó Riobamba colonial hasta antes del terremoto de 1797. El 15 de agosto de 1534 se funda la ciudad de Santiago de Quito, con su cabildo de soldados y sus 67 vecinos, nombrados de entre quienes manifestaren su deseo de quedarse. Lo realiza Diego de Almagro.
El primer cabildo municipal
Municipio de Riobamba.

En un costado del parque se encuentra el edificio del Municipio de Riobamba. Mientras observamos la edificación construida a inicios del siglo XX, recordamos que el miércoles 19 de agosto de 1534  se instaló el primer cabildo de Santiago de Quito (Riobamba) y sesionó por primera vez un cabildo municipal en lo que posteriormente sería llamado Ecuador. Por este motivo se celebra cada 19 de agosto, el Día del Municipio Ecuatoriano.
El primer convento
En primera instancia, templo de Santa Bárbara, después se aprecia la Catedral. La cúpula en el fondo es la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús.

En la plaza mayor se levanta la catedral de la ciudad. Es una hermosa construcción, edificada con piedras traídas de antiguos templos de la villa colonial Riobamba, devastada por un pavoroso movimiento telúrico.
Ortiz Arellano explica que también en Riobamba comenzó la tarea evangelizadora. Fray Marcos de Niza, comisionado de la orden franciscana, dio la autorización para la fundación del primer convento de frailes menores en las tierras de Quito (así se conocía al territorio del actual Ecuador).
El primer historiador
Juan de Velasco es el primer historiador de Ecuador. Detrás del monumento del religioso se admira la Basílica.

Por la calle Veloz continuamos el camino hasta el parque Libertad, donde se erige el monumento al padre Juan de Velasco, considerado el primer historiador del Ecuador y Padre de la historia nacional.
Juan de Velasco nació en Riobamba, el 6 de enero de 1.727. Fue criado por una nodriza indígena debido al estado delicado de salud de su madre. Cuando volvió a casa, a los cuatro años, hablaba quichua y español. A los 26 años logró la ordenación sacerdotal y logró su doctorado de Teología. Además de sus obligaciones religiosas, Juan se dedicó a observar la naturaleza y a investigar sobre la historia. En el destierro y en condiciones muy precarias, el padre Juan escribió la “Historia del Reino de Quito”, la que considera la primera de la república del Ecuador. Murió el 29 de junio de 1792 en Italia.
La primera ciudadela
Arco de Bellavista, entrada a la que fue la primera ciudadela.

La siguiente parada es el barrio Bellavista. En las primeras décadas del siglo XX, Riobamba experimentó el mayor desarrollo de todos los tiempos. La prosperidad llegada con el ferrocarril, produjo el asentamiento de empresarios y artistas nacionales y extranjeros. Dice el historiador Carlos Ortiz Arellano que empresarios de Guayaquil, Quito, Siria, Líbano, de Norteamérica y de países europeos, se establecieron en nuestra ciudad como sitio ideal para instalar sus negocios. Y ellos requerían un lugar apropiado para residir. Así, en 1924, nació el proyecto de crear la primera ciudadela residencial del país, con el nombre de Bellavista.
La primera radiodifusora y primera huelga femenina
Casona restaurada dentro de la escuela Cinco de Junio. Aquí se asentó la fábrica El Prado y la radio del mismo nombre, la primera del país.

De Bellavista llegamos al barrio la Panadería, en las calles García Moreno y Nueva York, donde está ubicada la escuela Cinco de Junio. En el interior del plantel se conserva la casa de la fábrica y radio El Prado, la primera del Ecuador.
A principios del siglo XX (1916), el español Francisco Dalmau adquirió los terrenos de la finca el Prado para la instalación de una fábrica de tejidos de lana y algodón. Para entonces anuncia ya la llegada de las maquinarias. El 20 de agosto de 1917 se constituyó en sociedad, la cual fue presidida por Isidoro Cordovez. En diciembre de ese año, Dalmau se instaló en Ambato. Dos años después se realizó la primera huelga femenina, en protesta a bajos sueldos y el temor del reemplazo de la mano de obra. La fábrica movió a Riobamba, no sólo en lo económico, sino también en lo deportivo y cultural.
Apoyó la realización de temporadas hípicas, formó el Centro Deportivo El Prado (fútbol) y en 1925 efectuó la emisión de prueba de la primera radiodifusora del Ecuador, la estación El Prado, la cual inicia su programación normal en el año 1929.
Radio El Prado promocionó y apoyó artistas, los cuales pertenecían a la empresa. En 1970, la fábrica cierra por dificultades económicas.
El primer estadio olímpico, las primeras olimpiadas y el primer campeón de fútbol
Placa conmemorativa en homenaje de las Primeras Olimpiadas.

Atravesamos la ciudad hasta tomar las avenidas Miguel Ángel León y Daniel León Borja, para llegar por la calle Carlos Zambrano hasta el Estadio Olímpico de Riobamba. En marzo de 1926, la ciudad obtiene el honor de organizar las primeras olimpiadas del Ecuador.  Era un reto muy grande, pero gracias a la gestión de las autoridades y la motivación de la población, logró hacerlo con honor y prestancia. En tan solo 5 semanas, Riobamba construyó el primer estadio olímpico del Ecuador. Por si esto bastaba, el equipo chimboracense consiguió imponerse a los demás y se coronó como el primer campeón olímpico nacional de fútbol.
El primer vicepresidente
Efigie de José Joaquín de Olmedo.
Es guayaquileño, pero tuvo un papel fundamental en el nacimiento de la república del Ecuador. José Joaquín de Olmedo, cuya estatua podemos contemplar en el Parque Guayaquil o Parque Infantil, fue el inspirador de la primera Constitución del país. Lo acompañaron en la escritura del texto los diputados: Manuel Matheu, Vicente Ramón Roca y Manuel Ignacio Valdiviezo.
En la sesión del 12 de septiembre de 1830, la Asamblea Constituyente reunida en Riobamba, una vez elegido el presidente de la república naciente, tiene la meta de elegir al vicepresidente del Estado, dignidad que recae en José Joaquín de Olmedo.
La primera Constituyente y la primera Constitución del Ecuador
Colegio Pedro Vicente Maldonado. La edificación reemplazó al convento de Santo Domingo, lugar donde se firmó la Primera Constitución de Ecuador.

Por la avenida Daniel León Borja tomamos la calle Diez de Agosto hasta la vía Larrea, donde se ubica el Parque Sucre. En la calle Primera Constituyente se erige el imponente colegio Maldonado. Antes de su construcción, en este lugar estaba ubicado el convento de Santo Domingo, donde la historia cuenta que se suscribió la primera Constitución del Ecuador. En el salón Sesquicentario del plantel, dentro de una urna, se guarda el texto de la primera carta magna.
Después de la separación de la Gran Colombia y para dar vida jurídica al estado ecuatoriano, se convoca en la estratégica ciudad de Riobamba, a la instalación del primer Congreso Constituyente. La fecha escogida, el 14 de agosto de 1830, 16 de los 20 diputados electos, se reúnen en el Palacio del jefe de Estado en Riobamba, según informa el historiador Carlos Ortiz Arellano.
Las delegaciones y Flores asisten a misa en la Iglesia Matriz, en honor del Espíritu Santo. Posteriormente, ocupan la sala capitular del Convento Menor del Santísimo Rosario (Santo Domingo). Ortiz detalla que los diputados  prestan el juramento respectivo y escuchan el informe del general Flores sobre la administración del Estado desde mayo. Posteriormente, el venezolano instala oficialmente el Congreso. Los diputados entran en materia bajo la conducción de José Joaquín de Olmedo, presidente de la junta preparatoria.
Una vez instalado el Congreso se determina a sus dignidades. Como presidente fue electo José Fernández Salvador, vicepresidente: Nicolás Arteta, secretarios: Pedro Manuel Quiñónez  y Pedro Juan Arteta.
El 11 de septiembre de 1830, los diputados aprueban por unanimidad el contenido del proyecto, después de tres discusiones. El Congreso Constituyente establece que por una sola vez, con el objeto de establecer el sistema constitucional, nombrará a todos los funcionarios públicos. En la sesión del 11 de septiembre se elige al presidente del Estado, dignidad que recae en Juan José Flores, por 19 votos; un diputado se pronuncia a favor de Manuel Carrión Valdivieso. Al día siguiente, se elige al vicepresidente.
El 14 de septiembre, los diputados juran obediencia a la Constitución, el diputado guayaquileño Francisco Marcos presenta un  proyecto de decreto para agradecer y honrar al Libertador Simón Bolívar, el cual es aprobado el 17 de septiembre.
El 22 de septiembre, el general Juan José Flores toma posesión como presidente electo, al día siguiente conoce el texto de la Constitución, y el 24 de septiembre pone el ejecútese a la Primera Constitución, con lo cual nace la República del Ecuador.
Finalmente, el Congreso Constituyente cierra sus sesiones el 28 de septiembre de 1830.
El primer científico y autor del primer mapa de Ecuador
Busto en honor a Pedro Vicente Maldonado.

Por la calle Larrea continuamos el viaje hasta la calle Veloz, por la cual bajamos hasta desembocar en el Parque Maldonado, lugar donde cerramos el circuito. Para hacerlo, visitamos el monumento al sabio ecuatoriano más grande de la historia.
Pedro Vicente Maldonado, con apenas 44 años de vida (1704-1748), se convirtió en un sabio de renombre mundial. Fue miembro de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo, en esa época: La Real Academia de Ciencias de París y la Real Sociedad Geográfica de Londres.
Con sus propios recursos y con esfuerzo personal logró abrir un camino entre Quito y Esmeraldas, para mejorar el comercio colonial. Además trazó la Carta Geográfica de Quito, el primer mapa de nuestro país para lo cual debió recorrer palmo a palmo el territorio. Recorrió la región Amazónica e hizo un escrupuloso informe sobre los recursos arqueológicos, botánicos, minerales y humanos de esta tierra quiteña (hoy ecuatoriana).
Gracias a su altura científica, en 1736, se une a la Misión Geodésica Francesa y colabora con científicos que llegan para medir un arco de meridiano terrestre y conocer con exactitud la forma de la Tierra.
Como si fuera poco se desempeñó en cargos públicos, siempre con honradez, inteligencia y amor por su querida Riobamba.